Una ráfaga suave
de tiempos idos me acaricia el alma
tierno muchachito de los ojos claros
tu vuelta me llenó el corazón
de aire tibio.
Hago trampas a los años transcurridos
y te veo como entonces
de pié delante mio
las manos sudorosas
de nervios contenidos.
Tu corazón encendido de
de sentimientos nuevos
mi niño enamorado
de una niña que solo queria volar
sin llevarte en su vuelo.
Hoy, ya hombre
tu mirada siento me rehuye
quizá por miedo a encontrarte
de nuevo niño, de nuevo enamorado
de la misma niña que sigue
queriendo volar.
Tu presencia es no presencia,
te contenes, bajas la vista
eludis respuestas que pudieran
de alguna forma dejarte
a mi lado nuevamente expuesto.
No temas, mi querido niño del pasado
nunca podria hacerte daño
esta niña, lo sabes,
sigue su vuelo sin compañia
tan solo ella y su yo misma.
